DESDE EL ESCRITORIO DEL SHALIAJ: FRANCISCO JAVIER (COSTA RICA)
EL VALOR DE LAS MUJERES EN ISRAEL
Leer: ÉXODO/SHEMÓT 29.43 "Allí me presentaré para hablar a los Bnei Yisrael, y será (El Mishkán) Santificado por mi Gloria...y moraré entre los Bnei Yisrael y seré para ellos Di-os".
INTRODUCCIÓN: EL Creador había ordenado la elaboración de los elementos necesarios para construir el mishkán Santuario, la hechura de la ropa de los servidores, las ofrendas animales y vegetales a realizar. Luego el anuncio: Leámos: Shemót 29.43 Todas estás ordenanzas tenían como objetivo permitir que el pueblo judío alcanzará nuevamente el nivel perdido al haber construido el becerro de oro.
Tras lo declarado por los versículos anteriormente mencionados, parecería cómo si ya todo hubiera culminado, faltando solamente poner manos a la obra. Sin embargo el Amo & Creador del Universo ordena construir un nuevo implemento: el altar de oro para encender allí el incienso. ¿Por qué no ordenó esto junto con todos los demás dispositivos? Seguramente porque se trataba de algo muy especial, como la fresa que se coloca al final la decoración de una torta.
El altar de oro era efectivamente un elemento de tremenda importancia, pues el incienso allí ofrecido al Todopoderoso, tiene tanta fuerza, que puede detener epidemias y plagas. Es por eso que el Amo & Creador del Universo, tras la culminación de todas las ordenanzas concernientes a la obra, manifiesta de qué manera se anunciará, y recién entonces dispone la realización del altar de oro.
Ahora bien, ¿De dónde salió el oro para construir los elementos del Mishkán (Santuario), incluido el altar recientemente citado? Esa respuesta la hallamos en el versículo en: Shemót/Éxodo 35.22 "Vinieron los hombres con las mujeres. Todos los generosos de corazón trajeron pulseras, aros, anillos y adornos femeninos....."
La descripción de los objetos ennumerados en el versículo, revela que se trata de elementos utilizados por las damas. Ellos no vacilarón un sólo instante en desprenderse de sus valiosas joyas y donarlas para la construcción del Mishkán (Santuario).
En cambio, tiempo atrás, cuándo sus maridos habian ingresado precipitadamente al hogar a pedirles sus joyas sin revelarles para que fin, ellas les respondieron: "Cuándo el hombre trae un presente a su esposa, no lo hace para después pedírselo nuevamente".
Así fue como las mujeres retuvieron sus pertenencias , pues dedujeron que si sus esposos se conducían en ese momento de modo tan agitado, nada bueno podía salir de eso.
Efectivamente, los hombres querían el metal para construir un becerro de oro, al cual le rendirían culto, acto en el cual ellas no participarón. La ordenanza acerca del altar de oro, es el tema con el que concluye la sección de la Toráh "Tetzavé".
Al comienzo de la Parashá siguiente, Parashá Ki-Tisá: Di-os le pide a cada hombre adulto, mayor de veinte años de edad, que traiga medio shekel (Es el nombre de la moneda en Israel), en rescate por su alma, para que no sean expuestos a una epidemia o una plaga al ser censados.
De esta manera, al ser contabilizado el dinero, se sabía cuántos hombres había, ya que está prohibido contar a los hijos de Israel por sus cabezas, pues el pueblo recibió la bendición de ser tan númerosos como la arena a la orilla del mar, la cuál no se puede contar".
Está pedido de traer un elemento expiatorio, pareciera indicar que ya todos han quedado limpios de cargos y culpas, por lo que es posible abocarse a la construcción del Mishkán (Santuario). Sin embargo a posteriori , Di-os ordena construir un lavatorio de cobre para que los Cohanim (Sacerdotes) se purifiquen, lavándose allí sus manos y pies. La misma obra debía ser colocada entre el Tabernáculo de reunión y el altar.
¿Por qué Di-os pidió que se construyera un nuevo elemento u objeto , y no lo hizo cuándo ordenó construir los demás muebles u objetos? Además, este lavatorio no tenía gran tamaño y sería colocada junto a los elementos que son de oro: ¿Por qué no podía ser realizada con ese mismo material?
La respuesta es que este objeto era un elemento muy especial y muy peculiar; como veremos a continuación. En Tiempos que el pueblo de Israel sufría dura esclavitud en Egipto, y eran obligados a realizar trabajos forzados, El Pharö (Faraón) había ordenado que los hombres no duerman en sus casas, con el claro objetivo de impedirles tener hijos.
Pero las esposas de los hombres del pueblo no se dejaron vencer por Pharö y ellas mismas descendían a extraer agua al río Nilo para dar a sus maridos. El Todopoderoso aprontaba allí peces pequeños, que ingresaban a las vasijas que ellas sumerjían y así podían preparar comida exquisita, y junto con un odre de vino, salían al campo, para alimentar a sus maridos.
Durante la comida, cada una de ellas extraía su espejo para contemplarse en él, junto a su esposo. La dama sujería: "¡Yo soy más hermosa que tú!". Y el hombre respondía "¡Yo soy más apuesto que tú"!. De esta manera se generaba un clima de atracción y deseo mutuo, que permitía el nacimiento de nuevas vidas.
En esos tiempos, el pueblo judío creció de manera muy notoria, a tal grado que al salir de Mitzrayim (Egipto) la Toráh dice: "Sacó Di-os a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos".
¿Qué significa: "por sus ejércitos", de dónde salieron todos esos batallones de gente que son mencionados en el versículo? Nacieron gracias a los espejos de las mujeres, mediante los cuales incentivaban a sus maridos, para que el pueblo continúe creciendo. Y el Creador premiaba la actitud de las mujeres, bendiciéndo sus vientres con sextillizos (Midrash Tanjuma Pukudei 9)
Volviendo a nuestro tema, vemos ahora la relación que hay entre lo recientemente narrado, y la construcción del lavatorio encomendada por el Todopoderoso, como broche final de la obra.
Las mujeres, al escuchar la nueva solicitud del creador pensaron: "alhajas de oro y plata que teníamos, ya las hemos donado, qué nos queda de las pertenencias propias, qué no son compartidas con nuestros esposos para aportar ahora? ¡Los espejos de cobre!"
Asi fue cómo se dirigieron a Moshé portando este tan preciado objeto, que les había permitido alentar a sus maridos para procrear nuevas vidas, en épocas de aflicción y amargura, durante el proceso de la esclavitud.
Las mujeres se presentarón delante del líder del pueblo judío, obsequiando su contribucción. Sin embargo Moshé no mostró satisfacción con el material traído, e intentó desecharlo, pues pensó: ¿Para qué pueden servir estós espejos? Es un elemento que incita al mal institnto.
El Todopoderoso, no obstante manifestó: "¡Moshé! ¿Por qué desprecias estos objetos? Gracias a ellos nacieron todas estas huestes que ahora guías. Tómalos y haz con ellos el lavatorio y el pedestal de la misma, para que los Servidores del Mishkán (Santuario) se purifiquen a través de ella!"
CONCLUSIÓN: De aquí aprendemos cuán valioso es el lavatorio, pues más allá de servir para purificar a los Servidores de Di-os, fue construida con el elemento que dió origen a la gran masa del pueblo de Israel, cuándo las condiciones eran realmente duras, en épocas de esclavitud.
REFLEXIÓN: Y en honor a las heroícas mujeres del pueblo de Israel, Di-os encomendó que el lavatorio para la purificación sea hecho totalmente de bronce, pues a través de sus espejos, las mujeres hicieron que el pueblo judío sea tan numeroso "cómo la arena que hay a la orilla del mar y como las estrellas de los cielos".
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